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Persiguiendo las Olas...


Lo llevas en la sangre, esa extraña sensación que recorre tu cuerpo cada vez que te tiras al mar y la ves venir a lo lejos, perfecta, lisa y solo para ti. Te colocas y remas hacia el punto perfecto para poder controlarla y todo parece que cobra sentido desde que empiezas a bajarla.

Muchas olas de clase mundial repartidas por el mundo, conocidas por todos y también llenas de surferos con ganas de subir al pico para coger las mejores. Luego, un poco más “lejos”, Kilómetros de costa con “oportunidades” aun por explorar o simplemente lejos de las miradas más ansiosas.

SURF

Por eso todo este viaje: Explorar, conocer, observar…son palabras que hemos aprendido en estos casi quinientos días de viaje persiguiendo olas.

Cuando decides buscar olas en lugares poco conocidos, lo primero que debes hacer es tratar de localizar en mapas de la zona o en el Google Maps (mejor herramienta para poder hacerte una idea de lo que encontraras), zonas con posibilidades: Esquinas, bajas de coral, beach- break…

Hoy en día, incluso en Países como India, Madagaskar, Philippinas…Existen pequeños grupos de Surferos Locales, pregúntale siempre que te los encuentres en los spot más “conocidos” de la zona. A veces, si consigues que te lleven a algún secreto o simplemente te indiquen por encima la zona, habrás conseguido un tesoro.

La paciencia es algo que debes aprender a tener cuando vas en la búsqueda de lugares poco conocidos para surfear. Las previsiones no existen para este tiempo de lugares y acampado en esa diminuta isla o en esa playa en el lejano sur de África pueden seguirle días y días de espera.

Pescadores y barcos: La mejor de las opciones para explorar. Ellos cansados de navegar de norte a sur, conocerán bajas de coral, playas e incluso sabrán decirte de olas que hayan visto en temporada de tormentas. Con respeto, señas y un poco de dinero para compensar y ayudar el día, ellos serán la mejor de las opciones.

A demás de todo esto, lo más importante son las ganas de seguir y seguir, recorrimos muchos kilómetros e hicimos muchas horas de tren o guagua para luego llegar a ningún sitio. Muchas veces nos paramos y nos planteamos si todo esto merece la pena, pero cuando la ves venir, remas para colocarte y de nuevo esa sensación recorre tu cuerpo de arriba abajo dejándote casi sin aire…Sabes que no te vas a rendir nunca.

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