Conocida por todos por sus playas, por el también famoso Carnaval y por lo alegre de sus gentes, Brasil parecía ser el mejor primer Surf Trip posible. Era lejana, era misteriosa y sobre todo, tenía cientos de kilómetros de playa para explorar.
Más bien condicionado por los tópicos que por el conocimiento del lugar, saltamos el charco rumbo a Salvador de Bahía, pasando por Lisboa. Nada nos hacía pensar lo que Brasil tenía preparado para nosotros.
Dos de la mañana y nosotros en pleno corazón de Salvador de Bahía, la imagen idílica que teníamos en mente, se pegaba de frente con la noche Salvadoreña. Locales nocturnos venidos a menos, turistas “solitarios” buscando algún tipo atención y el desfase que lleva juntar playa y estos otros dos elementos…No era precisamente lo que teníamos en mente. ¡! Debíamos salir de ahí cuanto antes!!
La mañana se presentaba distinta, por la ventana entraba el olor a salitre y agua de mar, casi podía oír el mar golpeando con fuerza a lo lejos. Salvador de Bahía es una mezcla de reef breaks y playas de arena infinitas. Hay olas para todos los niveles y gustos, el único gran “problema” es el viento, sopla y mucho por aquí, es muy raro, por lo que comentan los locales ver un día sin viento.
Algunos de los mejores Spots:
El Español: Reef break, muy potente que aguanta fuerza y suelta olas de derecha muy buenas.
El Faro: Justo al lado del Español, la izquierda que sale justo en la otra dirección, más seca y marea más alta.
Praia da onda: Lugar favorito de los locales, durante los domingos, es casi imposible coger una ola solo aquí.
Pituba: Al otro lado de la bahía, una ola que yo personalmente no vi, pero los locales me comentan que es la mejor de la zona. Durante los grandes Swells, se dejan ver por aquí muchos profesionales buscando este gran tubo de derecha.
Muchos otros Spots y playas puedes encontrar por aquí, solo has de caminar e informarte un poco de los locales, en muchos de los picos, no les gusta tener “compañía”, ahórrate el mal trago.
Rumbo Norte: Natal
Decidimos seguir e irnos en guagua rumbo al norte del País. Casi veintisiete horas después, estábamos en Natal (Norte de Brasil). La guagua paraba por pueblos y lugares en los que los paisajes se antojaban muy diversos, desde verdes oscuros de pura selva, hasta montañas peladas de color marrón claro. Estas estaban pobladas por cientos y cientos de pequeñas casas (favelas), en las que no había ni rastro de asfalto o carreteras convencionales, los cables se amontonaban por miles e iban a parar al único poste de la luz que pasaba por allí. Las gentes se amontonaban en las entradas de estos “pueblos” sentados o conversando animadamente.
Llegamos a Natal y como buenos mochileros o como aquel que viaja sabiendo lo “corto” de su economía, nos fuimos buscando por casi todo el lugar, el sitio más barato y de mejor calidad para pasar unos días. El lugar elegido fue un hostal en Praia do Meio.
Esta playa tiene muy buenas olas y muy poca gente en comparación con las otras de la zona. En Praia do Meio, las olas llegan de mar abierto y pese a tener el mismo problema que encontramos en Salvador de Bahía con el viento, la baja de arena y roca puede sacar buenos tubos en ambas direcciones, solo has de estar el día y la hora adecuada para poder contarlo.
Por los alrededores hay algunos restaurantes, bares y puestos callejeros donde poder comer el famoso maíz dulce o los pinchitos de carne con "tapioca".
Praia dos Artistas: La siguiente gran playa de arena, Saca olas de derecha en el espigón que está en esta parte, haciendo las delicias para las maniobras y los tubos.
Lo que no tenía que pasar: “El último domingo de nuestro viaje, decidimos irnos un par de playas más al norte en busca de tranquilidad y mejores olas, la encontramos. Las olas rompían muy bien, poca gente en la playa y en el agua, nos pusimos en un murito y yo fui el primero en tirarme al agua, tras bajar un par de olas, uno chico de allí se dirigió a mí, para advertirme que aquel no era un lugar seguro para nosotros. Efectivamente, tras recoger y decidir irnos por lo que pudiera pasar, camino a hostal con poco más que la tabla, una maleta vieja y pequeña con las aletas y una toalla, un grupo de unos 6 niños armados nos asaltaron pistola en mano, llevándose con ellos mi maleta y dejándonos un gran susto en el cuerpo, que aun hoy me cuesta digerir…Podría pasar en cualquier parte del mundo, pero toco allí”.
Otro lugar muy recomendable para visitar es la Praia Ponta Negra, donde una gran lengua de arena procedente de una gran duna, se adentra desde su cima, hasta la misma agua de mar. Las olas por aquí, son el día a día. Tiendas de surf, locales simpáticos y amables y olas rompiendo sobre la fina arena.
Otros lugares para con olas en Natal son Pipa y Pirangi do Norte, playas de arena dorada infinitas, ambos con dos reef breaks que rompen furiosos para ambos lados, lo malo, como no el viento. Por aquí era raro toparte con otra persona en kilómetros.
Brasil, ese gran País, lleno de contrastes y oportunidades en formas de olas. Un gran lugar para empezar una aventura.