A sólo unas horas en coche desde Kuala Lumpur, Melaca es el destino favorito de todos los turistas que visitan Malasia peninsular, ciudad patrimonio de la humanidad, con callejuelas estrechas y llenas de vidas y con un río navegable que cruza la ciudad de este a oeste, Melaca es sin duda un sitio que no te dejara indíferente.
Nosotros alquilamos una bicicleta para poder recorrerla mejor y llegar a todos sitios, aunque los fines de semana la ciudad se pone hasta arriba de turistas y el barrio chino puede ser un poco agobiante, aquí podrás ver un pedazo de la historia de Malasia y deleitarte con sus platos únicos de esta región.
Con dos días puedes ver la ciudad de cabo a rabo sin perderte nada, aquí nuestra selección de "Cosas que ver" en Melaca:
- La iglesia de St. Paul: Construida por un capitan portugués, su historia se pierde en el tiempo, abandonada y usada como polvorín con la llegada de los Holandeses, ahora puedes ver la tumba donde estuvieron los restos mortales de Francisco Xavier (Ahora en Goa, India), la Iglesia es el lugar perfecto para ver un gran atardecer sobre la ciudad.
- Torre Taming Sari: Se eleva unos 110 metros y ofrece unas buenas vistas del río y toda la ciudad, pero muy turístico.
- Caminar por la calle central del Barrio Chino y probar alguna de las miles de cosas que te ofrecen por la misma, desde helados hasta frutas rellenas, para luego tomar una cerveza bien fría en cualquiera de las callejuelas paralelas a esta. No puedes dejar de probar los platos únicos de Melaca:
Laksa: una extraña sopa, de fideos y pescado, muy sabrosa y picante.
Cendol: Una especie de helado con judías y algo verde en forma de alga.
- Pasear en bicicleta por la orilla del río, de un extremo a otro, podrás ver y sentir la ciudad desde un punto de vista distinto.
- Comer en Nancy´s Kitchen, uno de los mejores lugares que he probado para comer, ve con tiempo porque se llena mucho, no te pierdas sus verduras en curry de coco.
- Pasear en los curiosos Triciclos únicos de Melaca, con música a tope y adornados con luces y muñecos.
Seguro que se me queda mucho por contar que se puede hacer por aquí, pero esta ciudad, llena de pinturas por las paredes, calles estrechas y restaurantes con encanto, ofrece uno de los mejores lugares de Malasia.